Como muchas de las obras en el repertorio de Shakespeare, nos encontramos con que dichos dramas, comedias y tragedias rebasaron la línea temporal en la que fueron escritas y se convirtieron en íconos de la literatura, de las artes, del cine, de la música, haciéndonos difícil la tarea de lograr escapar (y no es que queramos tampoco) de la majestuosidad que William Shakespeare nos dejó como legado.
De Shakespeare se conocen popularmente los dramas y tragedias más reconocidas del autor, Romeo y Julieta, Hamlet, Sueño de una noche de verano, y no podemos obviar, por supuesto, al objeto de esta entrada, Richard III o Ricardo III.
Ricardo III es una tragedia escrita por Shakespeare que sigue la historia de Ricardo, hijo del rey Ricardo de York, y hermano del actual rey Eduardo IV. Situada en el reinado de Ricardo de York, quien es derrotado en la batalla de Bosworth a raíz de la guerra entre las familias de Lancaster y York.
La obra comienza con Ricardo con un monólogo alabando a su hermano Eduardo, un rey que se describe como sabio y prudente, pero del que Ricardo envidia y desea ser él el rey, sabiendo que Eduardo tiene virtudes de las que él carece y para las que no nació como ser un esposo fiel y abnegado. Ricardo es descrito como un hombre feo y jorobado, todo en torno a él, dentro de la obra, tiene un tono negativo y condescendiente.
De alguna manera, a través de sus artimañas, engaños y ambiciones, Ricardo consigue la posesión del trono luego de la muerte de su hermano Eduardo, y estando allí, siendo un rey tirano, cruel y un asesino de todos aquellos que traten de imponerse en su camino, Ricardo pierde todo el apoyo y la credibilidad, y es enfrentado contra el conde de Richmond, en la batalla de Bosworth Field. Los fantasmas de la gente que asesinó y engañó se le aparecen augurándole derrota y muerte, y a pesar de obtener ventaja al principio de la batalla, Ricardo es dejado solo en medio de la pelea. Derrotado, desolado y desconsolado, Ricardo llora e implora “Un caballo, mi reino por un caballo”, hasta que es enfrentado en un combate cuerpo a cuerpo contra el conde de Richmond y este lo atraviesa con su espada, acabando con la vida y el reinado de Ricardo III. Esta tragedia popular de Shakespeare fue de interés para muchos cineastas que decidieron llevarla al mundo cinematográfico para representar, de manera visual, la vida y obra de este rey tirano, engañoso y avaricioso.
La primera adaptación cinematográfica de la obra es la del dramaturgo estadounidense James Keane junto al cineasta francés André Calmettes en 1912, protagonizada por Frederick Warde como Richard III, Robert Gemp como el rey Eduardo IV, George Moss como Tressel y Violet Stuart como Lady Anne, contando con la aparición de Keane como Richmond. La película cuenta con una duración de 55 minutos y es muda. Esta comienza con Warde emergiendo de detrás de una cortina teatral e inclinándose, vistiendo un traje moderno, y concluye con él inclinándose de nuevo y regresando detrás de la cortina. La película también muestra escenas del asesinato del príncipe Eduardo y de Enrique IV a manos de Richard.
Esta película es uno de los largometrajes estadounidenses más antiguos que se conservan y es considerada la primera adaptación de largometraje de Shakespeare.
Luego tenemos la adaptación cinematográfica de Richard III por parte de Laurence Olivier en 1955, producida, dirigida y protagonizada por él mismo. Esta nos muestra la figura de Richard conspirando para conquistar el trono y quitárselo a su hermano Eduardo, protagonizado por Cedric Hardwicke, pero en el proceso de la conquista por el trono, muchos son asesinados y traicionados por Richard, quien por su maldad es llevado a su propia caída.
En la película, Richard contempla el trono y se dirige a la audiencia narrando un discurso en el que destaca sus deformidades físicas y sus celos y envidia por el ascenso de su hermano al trono porque siente que este no se lo merece. Así que Richard planea incriminar a su hermano George, representado por John Gielgud, de conspirar en contra del rey, con una serie de artimañas y engaños, Richard consigue que maten a George.
Richard se casa con Lady Anne, protagonizada por Claire Bloom, a pesar del aborrecimiento que siente esta por él, y comienza a orquestar el desorden dentro de la corte, creando rivalidades y poniendo a la corte en contra de la reina Elizabeth (Mary Kerridge). El rey Eduardo, agotado y débil, nombra a Richard Lord Protector y luego muere después de enterarse de la muerte de George. Con todos los obstáculos eliminados y después de una campaña manipulativa al pueblo para resaltar sus virtudes, Richard pasa a ser la opción principal de la gente para el trono. Pero por sus engaños y artimañas, la popularidad y las alianzas de Richard disminuyen una vez convertido en rey, por lo que levanta un ejército para defender su trono y a la casa de York contra la casa de Lancaster liderada por Henry Tudor, interpretado por Stanley Baker, el conde de Richmond y por Enrique VII de Inglaterra en Bosworth. Durante la batalla, Richard es atacado por fantasmas de todas las personas que ha asesinado para conseguir el trono y se despierta gritando, luego se recompone y da un discurso alentador a sus tropas, pero sus generales lo traicionan y se enfrenta a un duelo con Richmond hasta que son interrumpidos, en el clamor de la batalla, Richard se cae de su caballo y pierde su corona, busca desesperadamente a Richmond a quien ha perdido de vista y grita “¡Un caballo! ¡Mi reino por un caballo!”, las tropas de Lancaster se cargan contra Richard y este, malherido, muere convulsionado en espamos. Su corona es encontrada finalmente en unos arbustos y otorgada a Henry.
Esta adaptación cinematográfica por Olivier contó únicamente con actores británicos. La actuación en la película como Richard III le consiguió cinco nominaciones a los Oscar.
La mayor parte del guion está basado en la obra original de Shakespeare pero Olivier tomó también otras adaptaciones del siglo XVIII de Colley Cibber y David Garrick como el comienzo de la película siendo las últimas escenas de Enrique VI, Parte 3, para ambientar al espectador y presentar de manera clara el panorama de la historia.
Para el año 1996, contamos con la versión cinematográfica de Richard III, dirigida por Richard Loncraine, protagonizada por Ian McKellen como Richard III, Annette Bening como la reina Elizabeth, Jim Broadbent como el duque de Buckingham, Robert Downey Jr. como Rivers, Kristin Scott Thomas como Anne Neville, John Wood como el rey Eduardo IV y Dominic West como el conde de Richmond, siendo este su primer papel cinematográfico.
Esta versión de Richard III, a diferencia de las anteriores, está ubicada en el tiempo a finales del año 1930, durante una guerra civil caótica que termina con la vida del rey Lancaster Enrique y de su hijo el príncipe Eduardo, asesinados por Richard Gloucester de la casa de York, convirtiendo al hermano mayor de Richard, Edward o Eduardo, en rey.
Pero Richard está decidido a convertirse en rey así que enfrenta a su hermano Eduardo contra su otro hermano George, siendo este encarcelado con una sentencia de muerte. De igual manera, Richard engaña y se casa con la viuda del príncipe Eduardo de Lancaster, Lady Anne Neville.
La reina Elizabeth intercede por George con el rey Eduardo y le pide el perdón de este, sin embargo Richard se encarga de destruir ese perdón real y encarga a James Tyrrell a ejecutar a George, haciéndolo ver como el cumplimento de la sentencia otorgada a este. Luego le informa a su hermano Eduardo de la muerte de George y este, de la impresión y el dolor, muere de un derrame cerebral, y al ser los hijos de Eduardo menores de edad, Richard se convierte en el rey regente y toma el titulo de Lord Protector con el apoyo de Henry Buckingham.
Richard luego se encarga de deshacerse de todos aquellos que supongan un peligro para su reinado, manipula a la gente y a los miembros de la cámara de los Lores para que lo legitimen como rey lo que ocasiona que Henry Buckingham, por consejo de los arzobispos Thomas y Lord Stanley, huya a Francia.
Siendo por fin coronado, Richard busca asegurar su trono, sigue su red de engaños, artimañas, asesinatos, convence a Catesby de difundir rumores sobre Lady Anne estando enferma y a punto de morirse, para así poder casarse con la reina Elizabeth con quien el conde de Richmond tiene intenciones de casarse. Luego Lady Anne es encontrada muerta por una supuesta sobredosis de drogas.
Después de la traición por parte de Richard a Buckingham, este decide encontrarse con Richmond, pero es capturado y asesinado por Tyrrell, por ordenes de Richard. Mientras tanto, el conde Richmond va reuniendo simpatizantes y con la lealtad del ejército decayendo Richard se prepara para la batalla contra los Lancaster quienes planean una invasión al reino, las pocas tropas que le quedan a Richard son atacadas, Richard y Richmond se buscan el uno al otro y Richard es perseguido por Richmond es acorralado por este contra unas vigas en llamas y negado a rendirse, decide sumergirse en el infierno portando una sonrisa malévola.
Al estar ambientada en una época más moderna, la célebre línea de la obra shakespereana “¡Un caballo! ¡Mi reino por un caballo!” es resemantizada y en su lugar al jeep de Richard quedar atascado en unos escombros, su lamento es una suplica por un medio de transporte con piernas en vez de ruedas.
Por último, otra de las famosas representaciones cinematográficas de esta tragedia de Shakespeare viene dada en 1996 por parte de Al Pacino con su documental Looking for Richard o Buscando a Ricardo, una obra dirigida, producida y protagonizada por él mismo, siendo este representante de Richard III dentro del documental y de él mismo, Al Pacino, al mismo tiempo. Es una película híbrida, ya que retrata escenas de la obra de Shakespeare, pero al mismo tiempo conducen al espectador a un examen sobre este personaje, sus antecedentes históricos y la trama creada por Shakespeare. Además, Al Pacino introduce en el film entrevistas con eruditos de Shakespeare y gente común y corriente en la calle.
El reparto, en las escenas que representan la obra, cuenta con Penelope Allen como la reina Elizabeth, a Harris Yulin como el rey Eduardo, Kevin Spacey como Henry Buckingham, Winona Ryder como Lady Anne, Alec Baldwin como George Clarence y Aidan Quinn como el conde de Richmond.
Con este documental Al Pacino se aseguró un premio del Sindicato de Directores de América a la mejor dirección de documentales. La película recibió buenas criticas y en 2018 obtuvo una calificación del 81% en Rotten Tomatoes.
Demostrándonos, a través de estas adaptaciones famosas y afamadamente criticadas, que las obras de Shakespeare, además de atemporales, siempre serán exitosas y bien recibidas al público. El legado que este autor construyó quedará marcado por generaciones incluso mucho después de las nuestras.
Post publicado por: Stephanie Hurtado E.
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Buen post, Stephanie. Sólo no entiendo por qué hacer un resumen argumental en cada versión.
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